Es importante que cuides de ti ya que vas a estar contigo toda tu vida.
Otras veces, la decisión está clara pero nos abordan dudas sobre el proceso:
¿Cómo será?
¿Qué me encontraré?
¿Cómo voy a sentirme?
¿Mi problema será lo suficientemente importante para acudir a terapia?
¿Esto me ayudará a sentirme mejor?…
También es frecuente que busquemos información en internet, que preguntemos a conocidos o allegados que han acudido a terapia,… Y por supuesto, que experimentes: miedo, inseguridad, vergüenza, dudas, incertidumbre, pero también valentía, orgullo y esperanza al sentir que estás tomando el control sobre lo que ocurre y que te estás movilizando hacia la mejora.
Tranquila/o, todo esto que estás experimentando es normal y forma parte del proceso en el que te encuentras.
Al final estás tomando una decisión importante, que va a implicar un cambio significativo en tu vida.
Desde el equipo, somos conscientes de que dar este paso no resulta fácil en muchas ocasiones, por eso parte de nuestra labor como profesionales consiste en generar un ambiente cercano, cálido, empático y comprensivo, donde puedas sentirte escuchada/o, arropada/o, segura/o y en confianza.
Nuestro objetivo es ofrecerte un espacio en el cuides emocionalmente de ti y es que, somos conscientes de lo difícil que puede resultar compartir aspectos íntimos de tu vida pero también, de la tranquilidad, seguridad y satisfacción que se genera tras ello.
Una vez contactes con nosotras, reservaremos un espacio para que tengamos una primera toma de contacto telefónico. El objetivo será conocerte, que nos cuentes qué te ocurre y valorar si somos el equipo que mejor se adapta a tus necesidades. Si es así, se te asignará a la profesional que más se adapte a tus necesidades y circunstancias.
En las primeras sesiones, evaluaremos qué te está ocurriendo; es decir, le daremos un espacio a conocer el malestar, los recursos que has puesto en marcha, qué diferencias notas entre tu yo de antes y la de ahora, exploraremos también tu historia de vida, cómo se encuentran tus diferentes áreas vitales, etc… Para así, poder ir identificando junto a ti, los objetivos terapéuticos y cuál es la frecuencia de sesiones que más se adapta a tus necesidades.
En esta etapa, comenzaremos a trabajar en la consecución de estos objetivos: introduciendo estrategias y recursos que pueden ayudarte a reducir o eliminar el malestar, ayudándote a conocer y respetar tu funcionamiento interno, generando conciencia de los pensamientos, creencias y construcciones sociales que puedan estar limitándote para que desde ahí puedas ir recolocándote de una manera más saludable en tus diferentes áreas vitales (la relación contigo misma/o, tu trabajo/estudios, familia, amistades, pareja,…).
Tras esto, las sesiones comenzarán a ampliarse en el tiempo, para que ambas/os, podamos ir evaluando cómo te vas sintiendo y desenvolviendo en las diferentes circunstancias que te rodean, pues nuestro objetivo final es que puedas caminar con mucha seguridad y confianza en ti misma/o, sin necesidad de tener nuestro apoyo.
Probablemente, hayas buscado información sobre las diferentes terapias y modelos terapéuticos en internet y hayas extraído algunas conclusiones al respecto… No obstante, al igual que un cirujano puede seleccionar una técnica quirúrgica en función del tipo de persona y su patología, nosotras como profesionales de la salud mental también lo hacemos. Por ello, trabajamos desde un enfoque integrativo con el fin de ofrecerte un tratamiento personalizado, adaptando los recursos a tu ritmo y necesidades (y no al revés).
¿Qué significa esto? Que tenemos formación en diferentes orientaciones psicológicas y corrientes terapéuticas:
Te ayuda a gestionar problemas emocionales comunes, mejorando tu bienestar general y calidad de vida.
Te permite modificar pensamientos y comportamientos poco útiles, para que afrontes situaciones difíciles de manera más eficaz.
Facilita el procesamiento de traumas y experiencias dolorosas, liberándote del impacto emocional que aún generan.
Aprenderás a estar presente y a reducir el estrés, lo que te permitirá gestionar mejor tus emociones y vivir con más calma.
Te ayudará a aceptar tus emociones difíciles y a tomar acciones que te acerquen a tus valores, mejorando tu bienestar.
Mejorarás tu forma de relacionarte contigo mismo/a y con los demás, cambiando patrones de comportamiento problemáticos.
Sanarás heridas emocionales profundas, permitiéndote crear relaciones más saludables y seguras.
Desarrollarás nuevas maneras de entender y cambiar tus pensamientos, logrando más flexibilidad emocional y conductual.
Desarrollarás nuevas maneras de entender y cambiar tus pensamientos, logrando más flexibilidad emocional y conductual.
Te permitirá resolver problemas en menos tiempo, utilizando soluciones prácticas y efectivas para tus dificultades.
Fortalecerás tus relaciones familiares, mejorando la comunicación y resolución de conflictos dentro de tu entorno.
Ayudará a tus hijos a gestionar mejor sus emociones y comportamientos, favoreciendo su bienestar y desarrollo emocional.
Potenciará las capacidades de aprendizaje, mejorando el rendimiento escolar y la motivación en los estudios.
Podríamos decir que con esta cantidad de recursos terapéuticos y al no tener sólo formación en un enfoque terapéutico sino en varios, podemos diseñar y crear una abordaje psicológico personalizado para ti, para que se adapte plenamente a tus necesidades.
Si has llegado hasta este punto, es probable que lleves un tiempo sintiendo que algo no está del todo bien. Tal vez experimentas malestar, sientes que has perdido el control en ciertos aspectos de tu vida y estás funcionando en «modo supervivencia», resolviendo problemas inmediatos pero sin encontrar una solución definitiva.
Aquí tienes algunos puntos sencillos con las que podrías sentirte identificado:
Tal vez te cueste reconocer en tu yo de hoy a la persona que siempre has sido, te percibas peor o identifiques cosas en algunas áreas de tu vida (trabajo/estudios, pareja, familia, amistades,…) que no te satisfacen todo lo que te gustaría pero no sabes exactamente si el problema eres tú o lo de fuera.
Quizá estas sensaciones también vayan acompañadas de: tristeza, desánimo, ansiedad, rabia, pensamientos obsesivos, inseguridad, miedo,… E incluso, dificultad para dormir bien, taquicardias, sensación de falta de aire, dificultad para respirar, cansancio o falta de energía, problemas somáticos (cefaleas, síntomas digestivos, contracturas musculares,…).
Es importante que cuides de ti ya que vas a estar contigo toda tu vida.
Cuando el malestar es sutil y/o te acompaña durante un tiempo, es frecuente que tendamos a acostumbrarnos a él, a integrarlo como algo normal dentro de nuestra vida o incluso que lleguemos a resignarnos.
Ahora bien, ¿Qué pensarías si te digo que esto puede cambiar? Que puedes vivir una vida más plena y feliz.
¿la visualizas?
¿Imaginas cómo te sentirías?
Estoy segura de que, dentro de una perspectiva realista, podrías conectar con algunas de esas sensaciones.
Tal vez estés leyendo esto y resuene con fuerza dentro de ti o tal vez pienses, que son las circunstancias que te rodean las que hacen que estés así; es normal, somos seres sociales y relacionales, lo que ocurre a nuestro alrededor nos afecta directamente, pero siempre tenemos un margen de maniobra para poder cambiar cosas. Quizá no podamos cambiar el problema, pero sí podemos cambiar la forma en la que nos relacionamos con él.
Recuerda, en las decisiones que tomamos tenemos la posibilidad de cambiar esto, priorízate, cuida emocionalmente de ti y busca un espacio en el poder escucharte y trabajar en tus necesidades emocionales.
Diseño: La Semilla
Psicología Madrid Centro
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